20 de febrero de 1943. Se oyen fuertes truenos, tiembla la tierra. Una columna de ceniza se levanta y lo cubre todo. Está naciendo un volcán, el Paricutín, el más joven de México. La erupción durará nueve años, durante los cuales la lava recorrerá 10 km en un lento pero imparable avance que engullirá dos pueblos: Paricutín y San Juan Parangaricutiro. Del primero no quedó rastro. Del segundo, apenas quedan los restos del Santuario del Señor de los Milagros.
Desde Angahuan la cabalgata a San Juan es apta para toda la familia. La recompensa, enorme. Los restos de San Juan ofrecen un espectáculo absolutamente irreal. Es una auténtica aventura: el campo de lava parece infranqueable y el sendero discurre entre enormes rocas negras volcánicas. Y ahí están, en mitad del mar de lava, como desafiando su propio destino, los restos del templo: una fachada clásica con restos de columnas y una torre que sigue mirando el cielo. Al acercarte, comprobarás que quizás hubo milagro, puesto que la lava, que destruyó todo lo que encontró a su paso, no llegó a tocar el altar de cantera.
En las inmediaciones encontrarás a don José Guadalupe, que tenía 13 años cuando el Paricutín entró en erupción. Un testigo de lujo de uno de los acontecimientos más extraordinarios que pueden suceder, y que estará encantado de platicar cómo sucedió. Si te fascina el volcán puedes también llegar desde Angahuan hasta el mismísimo cráter del Paricutín.
Nuevo San Juan Parangaricutiro. 60490 Nuevo San Juan Parangaricutiro, Nuevo Parangaricutiro